Resumen de El perro del hortelano, de Lope de Vega
El perro del hortelano es una comedia palatina de Lope de Vega, publicada en la Oncena parte de las comedias de Lope Félix de Vega Carpio en Madrid, en 1618 al cuidado personal del propio autor. Procede por una expresión idiomática: «Ser como el perro del hortelano, que no come ni deja comer». Toda la frase se refiere al argumento de la obra y significa que la condesa Diana no puede amar a Teodoro y por eso, no le deja amar ni ser amado por cualquier otra persona.
Diana, condesa de Belflor: una mujer fría, calculadora, caprichosa, celosa y egoísta. Su altanería y clasismo meten a su amado Teodoro en un buen lío, ya que se niega a casarse con él por pertenecer a diferentes estratos sociales.
Teodoro, el secretario: Teodoro es el secretario de la condesa, lo que les sitúa en una relación desigual que se aprecia durante toda la obra. Aunque al principio está enamorado de Marcela, un malentendido le hace darse cuenta de que realmente ama a la condesa. Su personalidad, interesada y trepa, le hará abandonar a su amada a la primera de cambio para cortejar a la condesa para escalar socialmente, aunque ésta jugará con sus sentimientos durante toda la obra.
Personajes secundarios
Marcela: criada de Diana de Belflor y amada de Teodoro, una muchacha vulnerable que se convertirá en la víctima de los vaivenes amorosos entre Diana y Teodoro.
Tristán: criado y mejor amigo de Teodoro. Gracias a él, Teodoro por fin puede casarse con la condesa.
Ludovico: sólo sale al final, pero gracias a él Teodoro puede casarse con la condesa, ya que Tristán lo convence de que Teodoro es su hijo perdido.
Resumen de El perro del hortelano
Primer acto
El perro del hortelano comienza una noche en la que Teodoro, el secretario de la condesa Diana de Belflor, aparece para poder ver a Marcela, su amada, criada de la condesa. Como Teodoro y Marcela son muy ruidosos, Diana se despierta y llama a sus criados para saber quién está causando tal alboroto, pues cree que los ruidos provienen de un pretendiente suyo. Sin embargo, Marcela le confiesa que eran ella y Teodoro viéndose a escondidas, lo que enfurece a Diana por su indecencia y anima a Marcela a que se casen para que sus relaciones sean puras y honestas.
A partir de este momento, Diana comienza a sentir emociones incontrolables y desconocidas para ella. Siente celos del amor que siente Marcela por Teodoro, porque ella también quiere sentir ese amor, así que se decide a escribirle una carta anónima a Teodoro para expresar en ella todos sus sentimientos.
Cuando Teodoro recibe la carta, descubre que es obra de la condesa y empezará a sentirse atraído por ella, hasta el punto de intentar cortejarla. A todo esto, su boda con Marcela sigue en pie, por lo que Diana decide encerrar a la muchacha para evitar que los dos amantes se vean antes del casamiento y sigan cometiendo actos deshonestos. Con Marcela encerrada, Teodoro se le declarará a Diana y le indicará que ya no quiere casarse con ella porque a quien realmente ama es a la condesa.
Segundo acto
El segundo acto comienza con una carta: Marcela, encerrada aún en la habitación, escribe a Teodoro, pero él, decidido a romper con ella, no quiere leer la carta y la rompe en pedazos. Ahora sólo quiere casarse con la condesa Diana.
En un acto de sinceridad y honestidad, Teodoro va a hablar con Marcela para contarle que ya no quiere casarse con ella y que está enamorado de la condesa. Marcela no se lo toma nada bien y, a modo de venganza, decide seducir a Fabio, un buen amigo de Teodoro.
En eso aparece Diana, preocupada, que pide consejo a Teodoro acerca de quién es el mejor pretendiente para ella: si el marqués Ricardo o el conde Federido. Teodoro, confuso pero manteniendo las distancias, recomienda a la condesa casarse con el marqués.
A sabiendas de que la condesa no quiere nada serio con él, Teodoro vuelve en busca de su primer amor, Marcela, para pedirle perdón. Ésta, que sigue enamorada de Teodoro, le perdona. Sin embargo, cuando la condesa descubre que los amantes vuelven a estar juntos, estallará en celos y decidirá que Fabio y Marcela deben contraer matrimonio.
Al momento, el marqués Ricardo llega a palacio, pues la condesa había decidido casarse con él, pero Diana le dice que su llamamiento fue un error y que ella no tiene ninguna intención de contraer matrimonio con él. Luego de eso, Diana y Teodoro tienen una conversación muy sincera en la que él le confiesa su amor y ella le cuenta que, a pesar de estar enamorada de él, nunca podrán casarse porque pertenecen a diferentes clases sociales.
Esto hará que Teodoro estalle en ira. Teodoro se da cuenta de que la condesa no le permite estar con ella, pero tampoco con Marcela, y se lo reprocha. Diana, repleta de rabia por escuchar esta verdad, se enfada con Teodoro.
Tercer acto
El tercer y último acto comienza con una escena en la que se conoce a todos los pretendientes de la condesa. Y es que Diana es rica, guapa y soltera, por lo que busca un buen marido, pero sigue sin encontrar a nadie que le despierte emociones honestas. Por eso, al pueblo llegan constantemente decenas de pretendientes que quieren conquistar a la condesa.
Sin embargo, todos los pretendientes se enteran de las relaciones extrañas entre Teodoro y Diana, así que deciden contratar a alguien para matar a Teodoro y quitarse el problema de enmedio, ya que creen que él es el culpable de que la condesa rechace a todos los pretendientes. Contrata a Tristán, el criado de Teodoro, y éste le explica la situación al muchacho.
Ante estos hechos en los que la vida de Teodoro está en juego, el joven decide huir por España, pero para ello necesita el consentimiento de la condesa pues, de lo contrario, no podrá traspasar la frontera. Para su suerte, Diana accede y le da permiso.
En el exilio, Tristán hará uso de su picaresca para hacer pasar a Teodoro por el hijo de un conde que perdió a un hijo con el mismo nombre. Así, consiguen engañar al conde Ludovico y Teodoro se convierte en el hijo de este conde, por lo que también tendrá el mismo título. Gracias a esto, por fin podrá casarse con Diana.
Al final de la obra, Tristán sale beneficiado por haber sido confundido por un sicario y Teodoro y Diana por fin contraen matrimonio.
Opinión de El perro del hortelano
Esta célebre comedia de Lope de Vega hace alusión al refrán: «El perro del hortelano no come ni deja comer». La esencia de este refrán puede notarse a lo largo de toda la obra, pues la condesa no querrá casarse con Teodoro por su estatus social, pero tampoco le permitirá casarse con Marcela por celos.
Con clásicos golpes de humor, Lope de Vega relata la intensa historia de amor entre una condesa y su secretario, con la barrera de la jerarquía de por medio y la estima social de sus personajes. Celos, juegos de palabras, malentendidos y todo aquello a lo que Lope de Vega nos tiene acostumbrados en sus comedias. Una divertida obra de teatro imprescindible para echarse unas buenas risas.
Última actualización: 06 abril, 2022
Lector empedernido y amante de la fotografía. Me encanta la literatura de fantasía y ciencia ficción. Escribo resúmenes, opiniones y reseñas para ayudarte a decidir tu próximo libro.
Pablo Navarro
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